Es con diferencia el trekking más bonito que he hecho nunca. Cuando Platón hablaba de la excursión ideal se refería a esto, el resto son solo sombras proyectadas en la caverna...
El camino tiene de todo y justo en el momento preciso. Arroyos de agua cristalina repartidos en los momentos que la cantimplora está vacía, un lago transparente para parar y bañarte justo a la hora de la comida, bosques con sombra cuando hay una pequeña subida, una roca enorme donde encaramarse allí donde las vistas son buenas, un camino bien delimitado con un suelo suave de tierra, cubierto por una fina arena blanca, como la de un pinar al lado de la playa...
Aquí tenemos una explicación de Belén.
Y lo mejor de todo, una subida final difícil en la que justo en el momento en que decides que ya no puedes más y que te vas a dar la vuelta llegas a un lago escondido en la cumbre con las vistas del pico más bonito del planeta.
P.S. Algunos recordarán esta excursión toda la vida.
